Miguel y Gabriel, de 32 y 42 años, tienen una sólida relación de pareja, y desde antes de conocerse habían soñado ser padres. “Yo siempre tuve ganas de ser papá, pero era inicialmente un deseo, mas no algo que realmente pensara que podía suceder”, explica Miguel.
“Tras algunos años de estar juntos, nos dimos cuenta de que ampos teníamos esas ganas y por eso optamos por ser papás.” Cuando sintieron que estaban listos para ser padres, exploraron la opción de adopción y la de la paternidad subrogada. Durante varios años buscaron información en Estados Unidos, México y la India.
Gabriel recuerda que uno de los principales retos fue
el cambio repentino de la legislación en los países que consideraron como
opción. “En la India, que era uno de los lugares donde nosotros sabíamos que ya
era posible, pero hubo una prohibición cuando quisimos empezar el proceso. En
Jalisco, México, inicialmente se podía pero luego también se prohibió la
paternidad subrogada”. Finalmente, Colombia fue el país en el que encontraron
una clínica que les prestó todas las facilidades, por lo que decidieron hacer
el proceso allá. Afortunadamente, la
familia de ambos les apoyó mucho. La hermana de Miguel se ofreció a ser la
madre gestante, en tanto que una sobrina donó los óvulos para la fertilización.
Cuando tuvieron que buscar una guardería para Amanda,
fue necesario explorar varias opciones. Gabriel cuenta que en una de las
guarderías les dijeron “ustedes son bienvenidos pero deben saber que aquí
leemos la biblia y les enseñamos a los niños a rezar. Entonces preguntamos -
¿Qué harán si la niña pregunta si su familia está bien o mal? Nos respondieron “Vamos
a decirle lo que dice la biblia”. Este tipo de situaciones ser repitió hasta
que dieron con una guardería en la que les dijeron que es importante que las
niñas y los niños aprendan sobre la diversidad.
Ambos manifiestan sentirse felices por los avances que
el Ecuador ha tenido recientemente en materia de derechos LGBTI. “Nunca
pensamos que el reconocimiento de familias homoparentales y del matrimonio
igualitario se iba a dar tan pronto. Miguel y yo nos lanzamos a un terreno
incierto, porque estos avances surgieron después de que nosotros formamos
nuestra familia”.
A pesar del que consideran que Ecuador va por buen
camino en términos de reconocimiento de derechos LGBTI, siguen prefiriendo
mantener un perfil bajo para prevenir cualquier situación de discriminación que
pudiera sufrir Amanda. “Nosotros no ocultamos nuestra orientación sexual, todo
nuestro círculo familiar, laboral y social sabe que Miguel y yo somos pareja,
pero tampoco queremos ser públicos por la seguridad de nuestra hija. No
queremos que Amanda sea señalada por tener dos papás y se siena vulnerable”.
Miguel, en relación al rol que juegan frente a otras
parejas del mismo sexo que quisieran ser madres o padres, opina que “las
personas tienen que buscar su felicidad, y si su felicidad está en tener una
familia, pues les animamos a que lo luche, a que lo hagan. Es una experiencia
maravillosa.
Rafael Garrido Álvarez.
Redacción Max
Redacción Max
FUENTE: MAX REVISTA,
Nov, 2019 - # 19 , Pag. 6
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