Luego de que la Corte Constitucional De Ecuador se pronunciara a favor del matrimonio civil igualitario, surgieron acalorados debates sobre este tema a nivel nacional. Los movimientos artísticos no fueron la excepción, siendo el mural realizado por el artista urbano Juan Sebastían Aguirre, más conocido como “Apitatan”, el centro de una polémica. Con el título de “El amor no tienen género”, el artista plasmó el beso de tres parejas: una pareja heterosexual y dos parejas homosexuales.
El 1 de julio del 2019 Apitatán comenzó la obra en un muro del barrio Bellavista. En la tarde, se presentaron agentes de la Policía Nacional con la intención de prohibir que el artista continuara con el mural. La policía acudió al lugar por llamadas de habitantes del sector, que se quejaron de que alguien estaba pintando “mariconadas”.
La provocación del arte frente a temas políticos, es una forma de expresión y un medio de protesta que siempre ha acompañado a la humanidad. Este tipo de representaciones siempre causan controversia, sobre todo en una sociedad donde hay prejuicios latentes, como en este caso frente a la homosexualidad. La madrugada del miércoles 4 de julio, el mural amaneció con tachones sobre las parejas homosexuales, evidenciando que a pesar de los avances normativos, la discriminación y el odio persisten.
Este hecho derivó en la organización de grupos LGBTI, que se dieron cita en el lugar para realizar el evento denominado “Besatón por el arte”, a modo de protesta por la censura del mural. Es así que parejas de distingo género y orientación sexual, se congregaron el 13 de julio del 2019 en el sector de Bellavista para protestar contra la homofobia.
El 5 de septiembre del 2019, después de casi 10 horas de trabajo, Apitatán concluyó el nuevo mural sobre la calle Yaguachi, frente a la Asamblea Nacional del Ecuador. Esta vez se logró concluir la obra, manteniendo el objetivo de la misma. Evidenciar la igualdad de derechos ante la institución matrimonial civil y celebrar la resolución de la Corte Constitucional. El hecho de que el mural se recreara frente a la Asamblea Nacional, envía un mensaje político al órgano encargado de legislar. Una representación de arte inspirada en una decisión judicial, frente al lugar donde se hacen las leyes es una gran manifestación que visibiliza la importancia de los derechos LGBTI.
La representación de Apitatán, generó descontento incluso en algunos círculos LGBTI, que observaban con suspicacia el hecho de que el artista no sea parte de la comunidad y que “figure” aprovechando la coyuntura. Asimismo, señalan también que solo se trata de personas dándose un beso, lo cual resulta muy “soft”.
Pese a las críticas y a veces gracias a ellas, el arte siempre ha intentado mover la mente de las personas, capturando la atención del espectador. Las diferentes corrientes artísticas también han apostado a la incomodidad del espectador, mandando mensajes muy directos y sin ningún tipo de cesura o filtro.
Apitatán parte desde el amor y la igualdad de derechos al momento de realizar su obra. El arte debe ser el medio para que la gente tome conciencia y haga una reflexión; en ese sentido el mural ha cumplido su misión.
David Ortiz
MAX REVISTA, Nov. 2019 # 09 – Pag. 7
MAX REVISTA, Nov. 2019 # 09 – Pag. 7
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