PERO TENGO MIEDO...
Cierto día escuché a uno de mis amigos decir: “Me gustaría que todos se enteraran de quien soy realmente, pero tengo miedo. - Miedo a que me castiguen o me aíslen. - Tengo miedo al rechazo y lo que es peor tengo miedo a que mi familia me desprecie”. - Y prácticamente este es el miedo que sentimos muchos homosexuales y con mayor fuerza en nuestra sociedad ecuatoriana. - Miedo al dolor de sentirnos humillados, y sentirnos victimas de muchos atropellos por lo que muchos “arriesgados” ya han pasado, y siguen pasando.
Pero a lo que más le tememos es a nuestra propia familia, quienes en este caso deberían ser un apoyo, se convierten en los mayores verdugos, exponiéndonos ellos mismos a las humillaciones más grandes.
No sé si causa más dolor callar o “gritar” a todos lo que realmente sientes. Algunos preferimos y nos vemos obligados a callar, y por lo tanto lacerar nuestras propias almas, por no pretender siquiera ofender la de las que nos rodean; preferimos escondernos y construir a nuestro alrededor una esfera de cristal llamada mentira, porque sentimos que es más importante la felicidad de ellos a la nuestra. Muchos nos encontramos culpables de haber nacido así, creemos traicionar las convicciones y los “mandatos sagrados” que durante años han venido desatando las más duras discriminaciones. Habemos muchos que necesitamos una máscara a diario para poder enfrentar la verdadera cara de la vida.
Una ves uno de mis profesores me dijo que el mayor castigo que Dios le podría dar a él es que uno de sus hijos hubiera nacido con algún tipo de discapacidad mental. Le pregunté enseguida si él creía que una discapacidad mental era tener otra preferencia sexual o afectiva, y me dijo que "no". El veía eso como un desarrollo del ser humano, otorgándole a pocos el don de poder amar a otros del mismo sexo. Eso no lo hace cualquiera ; entonces ¿Eso nos hace superiores a los demás?, ¿Poseemos una especie de don que no nos hace iguales a resto de seres?.. Error!!! Todos somos iguales. El homosexual ama, el heterosexual ama, el bisexual ama,; el homosexual sangra, el heterosexual sangra, el bisexual sangra; es decir hacemos y sentimos las mismas cosas, nos duelen las mismas cosas etc. Precisamente por esos “aires” de superioridad entre “géneros” son los que nos hace no aceptarnos entre nosotros mismos.
Pero si pienso que hay una sola diferencia que distingue al homosexual del resto de personas que no lo son; el homosexual se hiere a si mismo por amor, amor a los que siente suyos y cree que algún día podrá despertar y su familia se sentará con él a la mesa y no habrán burlas ni rechazos y sin mascaras ya, podrá dejar de lastimar su alma.
Xavyer Vasquez Oñate©
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